La Sala de lo Civil del Alto Tribunal considera que "todos aquellos pactos", entre contratistas y subcontratistas, que excedan del límite temporal de 60 días naturales -como marca la ley- resultarán "nulos de pleno derecho" por contravenir el Código Civil.
El Supremo alega "abusividad" por parte del contratista ya que el plazo establecido "la desproporción del plazo de pago establecido" -180 días respecto a los 60 legalmente previstos- y "la desproporción del interés contemplado como compensación del aplazamiento" del pago. Es más, el Alto Tribunal resalta que estas condiciones "fueron impuestas por la parte a la que realmente favorecía", es decir, al contratista. Según el Supremo, "la subcontratista no tuvo más remedio que aceptarlo si realmente quería conseguir el contrato".
Por fin alguien intenta visualizar el mayor y mas efecto depredador del empleo en España. De empleo, de vidas destrozadas, de desprestigio social, y de generador de excluido sociales mas importante del mundo occidental. Cuantos cientos de cientos de miles de profesionales, ínfimos empresarios con uno,dos,tres,... trabajadores, por este sistema, totalmente injusto y desproporcionado se han ido al garete. Son millones de personas excluidas totalmente por el sistema financiero. Las deudas los llevaron a la quiebra.
Si se cobra, como se cobra y cuando se cobra...
¿ Pero, con que pagas, si tu producción, ha sido vendida y esta sin cobrar, en algunos casos, 240 o 270 dias?
Y digo bien,al decir 270 días... porque la «norma» establece el plazo desde el dia de la aceptación de la factura. fecha que se retrasa sin tener problema un mes, ahora si entienden de alguna diferencia, ya se retrasa al menos al mes siguiente, o al siguiente,,,
Los grandes establecimientos, son una maquina de hacer dinero, sin poner un duro, el producto que recibe hoy, y ya esta desde ese momento a la venta, con lo que recoge la facturación de una forma inmediata, no esta obligado a pagarlo, hasta siete, ocho, nueve...meses después.
Altísima cualificación
Mientras tanto el el pequeño empresario, o profesional, tiene que soportar todos los gastos de su estructura, a base de lineas de descuento, créditos, avales,... que condicionan gravemente la cuenta de resultados de su «negocio».
El español es el mejor profesional por cuenta propia del mundo. Y esto lo afirma una persona que se ha pasado la vida evaluando los riesgos y capacidades empresariales de los llamados autónomos.
El mercado minorista de España no adquirió de la UE, mas que miseria.
Paganinis
Y para el colmo de la historia ¿Quienes fueron los primeros en empezar a pagar las consecuencias del latrocinio bancario?
Sin dudarlo, este colectivo, de individualidades, fueron cayendo como moscas ante un buen insecticida. El arma mas mortífera, fueron las no renovaciones de la lineas de descuento, con lo que se vieron obligados a afrontar unas obligaciones imposibles de cumplir en la mayoría de los casos. Y el sistema financiero, con embargos, trasformaciones de lineas de descuento en créditos abusivos, los grandes distribuidores y empresas haciendo la presión oportuna, los gobiernos, a base de una regulación autoritaria e insolidaria absoluta, obligando a presentar los concursos de servicios, producción, construcción, etc. centralizados, ... propiciaron que las empresas locales de cada territorio no pudiesen optar a ellas directamente.
Política del maletín
A esas adjudicaciones eran los empresarios de maletín, los que se quedan con todo el pastel. Pastel, que luego subcontratan a los pequeños empresarios, al precio que les va muy bien.
Esto ha supuesto el empobrecimiento exponencial de la economía de provincias, y una precariedad laboral que asusta.
Por una parte al llegar las adjudicaciones con mermas no inferiores al 25%, eso ha ido directamente en su mayor parte, a sueldos, honorarios, cuenta de resultados, y sobre todo hay un indice desorbitado en seguridad laboral.
Si se busca el emprendimiento, que no les ocurra lo mismo
Señorías del Tribunal Supremo, han topado con una de las causas de las tropelías del imperio. Los que tuvimos en su día, la osadía de pensar que haciendo mejor las cosas, dando al cliente categoría de persona, y considerando a nuestra profesión como una vocación, somo proscritos del sistema económico, vivimos bajo el embargo de por vida, y la gran mayoría con enfermedades cuyo origen fue sin duda la presión soportada.
La nueva generación tiene que estar liberada de este riesgo de no poder sobrevivir