martes, 7 de febrero de 2017

El pan debajo del brazo

El despilfarro nacional

Los años van llevándote a posiciones cada vez mas racionalistas y reflexivas. Es mas es común encontrarse con argumentaciones en las que se tilda de conservadurismo la evolución que las personas adquieren por la experiencia. 

En primer lugar manifestar con contundencia, que la edad no es lo mismo que la experiencia. La edad solo dice el tiempo de existencia que tiene el ser. Mientras que la experiencia es el conocimiento adquirido por estar. Y no todos estamos, ni tenemos la misma problemática, actitud, aptitud, et. en el transcurrir de la vida. Por lo tanto, esa relación conservador-edad, no tiene ningún fundamento.

Bebé, meditando y calculando, su plan de pago de la deuda


Ahora, llega la hora que debemos conseguir el modo que los niños adquieran los conocimientos adquiridos por vivencias. Es de rigor que los intelectuales trabajen de lleno en esto. Hay motivos de suma importancia, de tal manera, que nos jugamos su propia supervivencia.

Las nuevas generaciones, tienen que tener muy claro que deben redirigir el rumbo de la convivencia humana. La cultura del crecimiento sostenido, de sobre explotación de los recursos, de consumo irracional, de no tener en cuenta las consecuencias para el planeta, el cúmulo de riquezas,... son una herencia a la que deben renunciar―si pueden―.

Un recién nacido hoy, tiene una deuda adquirida por herencia de 23.642 €.

Hace no mucho tiempo era muy popular el dicho, «un hijo llega con un pan debajo del brazo». Pues según los datos oficiales. Le hemos comido el pan de toda su vida.



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