Muxy y Ory, necesito psicoanalista.
Tengo dos compañeros que por mucho que lo intento, todos los días se cepillan alguna pieza de cristalería o de vajilla, sin remedio.
La obligación que exigen de ser permanentemente el centro de atención, durante toda la jornada,llega a crispar al más cándido de los mortales.
Hace unos días el gato Muxy, estaba como de una exigencia con respecto a mi que no llegué a comprender.
Salvo en los inicios que tuvimos nuestros mas y sus menos, mantenemos una relación cordial de respeto mutuo.
Mi psiquiatra hace poco que me ha diagnosticado normalidad absoluta
Estaba nervioso,me miraba raro, ㅡcreeréis que estoy un poco «p'allá»ㅡ, pero es que lo conozco mucho.Durante la noche ellos duermen en una terracita que tenemos anexa a la cocina.En uno de mis "paseos cafeteros nocturnos" me lo encontré en la cocina. Nada más verme, cual chulo de chamberí, se da la vuelta y pasito a pasito. y exhibiendo figura, se va yendo hacia la terraza,
Ory orgullosa mostrando su genero tricolor |
Doy dos pasos largos lo alcanzo y lo recojo entre mis brazos, Me sigue mirando raro. Ahora creo que con despecho. Está ofendido. Pero que te pasa? O empiezas a comportarte o paso de ti. El me responde miau, claro, no me iba a contestar en español y con voz de tenor. Pero es un miau de regañina. Y cambia la mirada hacia la puerta donde esta sentada como vigilante bien pagado, su compañera Ory.
Celos
Entonces caigo en la cuenta, de que durante al menos dos días, me encontré con Ory en la cocina y a el no lo vi. Y bueno, le hice carantoñas a la gata. Y de ahí debió partir la reivindicación felina que me estaba aplicando.
Lo acerqué conmigo hasta el dormitorio, estuve cinco minutos escasos jugando con él, y todo paso a mejor vida. Ya se fue, y como es costumbre en el, un ratito mas tarde, estaba en la puerta, dando los toques habituales de buenas noches.